viernes, 27 de septiembre de 2013

La muerte tiene nombre de mujer

Una vez soñé
que un cuervo
me arrancaba un ojo,
eras tú, sin embargo,
que me besaba el rostro.

Una vez soñé
que mi cuello
de una cuerda colgaba,
eras tú, sin embargo,
que en un abrazo
te entregabas.

Una vez soñé
que mi mente
fuera de quicio estaba
eras tú, sin embargo,
que susurraba
en mi oído.

Una vez morí
y aquella vez,
fue la vez
que te conocí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario