martes, 15 de octubre de 2013

La muerte tiene nombre de mujer III

Escucho en mi cabeza
un cautivador susurro
que vierte sobre mí
un oscuro deseo.

Veo en el inmenso lago
dos glaucos ojos
que suspendidos sobre él
reflejan un reprimido
y muy oscuro deseo.

Contemplo la belleza
de la auténtica deidad
y caigo absorto y de rodillas
ante el suicida deseo
de osar amarla.

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