Surgen columnas de pórfido
Del abismal mar sombrío
Y se elevan baldosas de mármol
Que crean un camino
El color lo ha abandonado todo,
La fragancia ha desaparecido,
Tan solo el blanco de los lirios
Y el negro del océano
Aún no han perecido
Las azucenas florecen en las puertas
Y la máscara del bufón sonríe
Invitándome a averiguar
Lo que hay detrás de ellas
Esperanzas marchitas y flores pisoteadas,
Lloros de viuda y cantos de sirena,
Un reloj de ébano que hace tic-tac
Y mi propia cabeza sobre un altar
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